El tercer bloque de la materia de Filosofía y Ciudadanía de 1º de bachillerato se centra en esta última cuestión de la ciudadanía, del civismo, del Estado de Derecho, de la Dem
ocracia, etc. Se desarrolla durante la tercera evaluación y se termina con una Feria en la que los distintos grupos exponen sus respectivos trabajos ante un público exigente, en este caso, los de 3º y 4º de ESO. Ellos elaboran el material, trabajan todos los aspectos del problema planteado y lo divulgan a través de las reses sociales. El resultado, un completísimo trabajo de investigación que culmina con la exposición de todos los trabajos realizados en los pasillos del Cole.
Con esta actividad he pretendido hacer un PBL que recoja todos los objetivos de la materia para esta tercera evaluación. He planteado un problema:
¿Es posible una sociedad común que acoja a todos los individuos del planeta bajo unos mismos sentimientos, unas mismas normas, una misma cultura, un mismo ideal político, una misma lengua, una misma ética, en definitiva, una misma sociedad?
Con este trabajo se pretende exponer y someter a prueba el modelo ético común que los alumnos han pensado para que, una vez probado, pueda concretarse en un modelo político. Reflexionaremos sobre las necesarias relaciones entre ética y política, estudiaremos los derechos humanos como un proyecto ético, jurídico y político, y apuntaremos, para terminar, algunos de los retos éticos y políticos de nuestro tiempo. En el fondo, pretendemos que el alumno sea capaz de reivindicar las virtudes cívicas y el interculturalismo como una de las exigencias del proyecto ético común.
En segundo lugar, se pretende explicar qué se entiende por poder en general, y especialmente por poder político, analizando sus mecanismos y funciones principales. Para ello, es necesario conocer las formas clásicas de ejercer el poder político, prestando especial atención a su legitimación desde la ética. Desde este planteamiento nos cuestionaremos sus límites, el abuso de poder y algunas estrategias para evitarlo. Pretendemos buscar la verdad con los políticos, intentando desentrañar el papel del buen gobernante; estudiaremos los sentimientos de identidad, analizando las luces y sombras del patriotismo, intentando cuestionar el papel de la moda, la publicidad, las marcas, y el consumismo compulsivo al que nos arrastran.
En tercer lugar, pretendemos estudiar el origen del Estado como una creación de la inteligencia humana, destinado a organizar la convivencia social y política en un país y territorio definido. Además, es interesante investigar sobre la evolución del modelo de Estado hasta su consolidación en los modelos democráticos de derecho. Se trata de una evolución progresiva, en la que han jugado un papel fundamental los llamados filósofos del contrato social. Se estudian sus principales fases, sus fundamentos filosóficos y las instituciones y funciones propias del Estado democrático de derecho.
Por último lugar, se pretende hacer una síntesis de los sistemas políticos y jurídicos estudiados a lo largo de los dos últimos bloques temáticos como conclusión del mensaje filosófico y ético que se ha defendido a lo largo del curso. El uso más inteligente de la inteligencia humana es la ética, la posibilidad de proyectar un modo digno y noble de vivir. Gracias a esta capacidad de nuestra inteligencia diseñamos el gran proyecto ético basado en la dignidad y el respeto a una serie de derechos que la hacen posible. Pero necesitamos pasar de la teoría a la acción, poner en práctica este proyecto. Para ello, necesitamos contar con un modelo político adecuado: la democracia. Esta es la razón por la cual vamos a dedicar todo este bloque temático al diseño y construcción de un sistema alternativo de sociedad que contemple los aspectos más valorados del Ser Humano estudiados a lo largo del curso. Es un interesante ejercicio de síntesis. Por supuesto, se trata de una utopía racional, pero realizable, con posibilidades de consolidación progresiva. El propósito de este proyecto es tratar los problemas actuales de la democracia para concluir en la necesidad de la acción pública y responsable de los ciudadanos, sea desde la acción política directa o a través de la sociedad civil. La gran solución está en lograr instaurar una democracia social y cosmopolita mediante una constitución universal que respete la soberanía de los Estados, la autonomía de los individuos y que permita acelerar la construcción del modelo ético común que dignifique el Ser Humano.
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